Que lo perfecto no existe, y que algo imperfecto también puede hacerte feliz.: Y la lluvia nos prestó las llaves de todas las calles de la ciudad.

Hay veces en la vida en las que no hay que detenerse a pensar. Hacerlo todo de forma atropellada, alocada. Hacer las cosas como si fuese una locura. Y después, pagar las consecuencias... o disfrutar el momento. A veces, no es bueno quedarse parado, pensando, viendo como los demás hacen realidad su sueño. Quizá el tren pase más veces, o quizá solo pase una vez, una única vez. Quizá sea un tren de ida sin regreso, o un tren de ésos que solo se chocan contigo una vez en la vida. Es ahora, o nunca.

He aprendido con el tiempo que lo importante no es amar, sino ser amado, que lo importante no esque alguien te baje la luna con una escalera, si no tocarla durante un segundo, que lo importante no es regalarle el mundo, si no tu corazón, que lo importante no es decirle te quiero, si no demostrarselo día tras día, que lo importante no es decirle que ella es la persona más importante del mundo, si no que ella es tu mundo, que una no escribe por escribir, si no para expresar lo que con la boca no puede, escribir lo que se siente de verdad, sentir la realidad.

Tegusta.

-Siempre hay algo que me lleva a ti.
- Eso es el destino.
- Sí, será. ¿Sabes? Aunque te diga mil veces que no mereces la pena, y que ojalá no te hubiese conocido yo... Te miento. No cambiaría el haberte conocido por nada del mundo.
- ¿Ni siquiera por haber conocido a tu príncipe azul?
- Esos sólo están en los cuentos.
- Esto no será una historia de esas con un gran amor y un final feliz. Ni tampoco será fácil.
- Sí, lo sé. Pero será bonito.
- ¿Bonito? ¿Cual es tu concepto de algo bonito?
- Seguro que un concepto diferente al del resto del mundo.
- Estás loca.
- Y eso te gusta.

-

Pienso en las cosas que no te voy a decir, las tonterías que no me vas a escuchar soltar, los pasos que no voy a dar a tu lado, las borracheras que me voy a tener que pillar yo solita, las veces en que voy a notar a la soledad a mi vera, los portales que nos recordarán para siempre, en la ropa que no me vas a quitar, en las veces que sonreiré cuando alguien diga tu nombre, en las noches en las que necesite tu calor al sentir mis sábanas heladas, en las fotos que te hagas rodeado de gente que no te quiere ni la mitad de lo que te quiero yo, en ese cuello que nunca voy a volver a morder, en esos ojos en los que ya no me voy a poder bañar.

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domingo, 20 de marzo de 2011

Y la lluvia nos prestó las llaves de todas las calles de la ciudad.

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